La Llobera nace de manera fortuita en el año 2010 en unas vacaciones de Navidad, casi de una broma y una petición.

 

Surgió de la ilusión por recuperar sabores perdidos en la historia, de recuperar tradiciones y un pedazo del pasado.

 

Armando, un apasionado por la historia antigua, pidió a Dori (con conocimientos en química) que recrease la fórmula para hacer hidromiel.

 

Tras mucho indagar sobre procedimientos y métodos en antiguos escritos de Plinio y Estrabón, entre otros, así como descripciones y datos sobre la apariencia y sabor de aquella bebida olvidada, se lanzan a la aventura de hacer pruebas y experimentos. 

 

Un montón de intentos después y cientos de litros tirados por el desagüe, de repente un día al revisar el decantado, allí estaba, un líquido prístino, ámbar casi dorado, de olor intenso y sabor dulce que calentaba el espíritu. ¿podía ser? ¿lo habían conseguido? SÍ, era, al fin, HIDROMIEL.

 

Así surgió el primer Hidromiel artesanal de La Llobera, de una petición llena de ilusión y un trabajo constante hecho con mucho cariño.

 

Poco después al ver la buena aceptación del sabor de la bebida entre amigos y familiares, la pareja se decide a comenzar a "fabricar" en mayores cantidades, por lo cual se ven obligados a dar todos los pasos necesarios para legalizar a nivel de controles sanitarios su bebida y las instalaciones donde la fabricaban.

 

Hoy en día, con la marca registrada y todo un proyecto de futuro en marcha, siguen intentado crecer a diario dando a conocer este producto en mercados tradicionales, artesanales y medievales, así como en su página de facebook.